En este tiempo de incertidumbre económica, la comunidad inmigrante indocumentada ha sido pasada por alto y olvidada por el gobierno. Los trabajadores indocumentados son la columna vertebral de la economía en la ciudad de Nueva York aunque no reciben el reconocimiento que es merecido. Empleadores a menudo contratan a personas indocumentadas para trabajar en trabajos con salarios bajos, por ejemplo, en restaurantes, en limpieza, y en construcción. Ahora, muchas empresas han cerrado debido a COVID-19 y en respuesta a la Orden Ejecutiva del Gobernador Cuomo que requiere que el 100% de los trabajadores no-esenciales se queden en casa. Personas con y sin papeles han perdido el trabajo, pero las personas indocumentadas son las que se quedan sin opciones, sin una red de seguridad porque no tienen derecho a recibir prestaciones de desempleo.
Hay más de 900.000 indocumentados en el estado de Nueva York según el Instituto de Política Migratoria. Específicamente dentro de la ciudad de Nueva York, más de 500.000 personas no tienen papeles y el Informe Anual 2018 de la Oficina del Alcalde de Asuntos de Inmigrantes establece que aproximadamente 1 millón de personas viven en hogares de estatus mixto donde al menos un miembro del hogar es una persona indocumentada. Puede ser que todas estas familias se encuentren sin ingresos durante el futuro próximo a menos que Nueva York cambie las leyes y les permita recibir beneficios de desempleo como parte de los esfuerzos de socorro en respuesta a COVID-19. Es lo correcto. Además, si no hay un cambio a las leyes, puede ser que buscaran manera de seguir trabajando a pesar del peligro que viene con esa decisión.
Proporcionar prestaciones de desempleo no sería una medida sin precedentes. En Nueva York, los trabajadores indocumentados ya son elegibles para beneficios de compensación de trabajadores y días de enfermedad pagadas, y también están cubiertos por las leyes laborales estatales y federales. Además, pagan impuestos. El Instituto de Impuestos y Política Económica estima que los neoyorquinos indocumentados pagan alrededor de $1.1 mil millones en impuestos estatales y locales anualmente. En reconocimiento de sus contribuciones, y las circunstancias extremas que enfrentan todos los trabajadores en Nueva York durante esta pandemia, el gobierno estatal debe enmendar sus leyes para proporcionar beneficios de desempleo a todos los que ahora están sin trabajo. Sencillamente, las personas indocumentadas deben recibir ayuda por ser parte de la comunidad neoyorquina.
